Para conseguir el desalojo de tu inquilino, lo primero es efectuar una demanda de desalojo por la fuerza. En él se podrá pedir el desalojo de la vivienda y también el pago de los atrasos.

Este procedimiento es lo que comúnmente se conoce por desahucio “exprés”. Para iniciarlo deberás contar con un abogado y un procurador. Junto a la demanda, tu procurador deberá entregar el contrato de arrendamiento original, un Poder General para Pleitos y todas las notificaciones hechas a tu inquilino.

Una vez se haya puesto la demanda, en el plazo de un mes, aproximadamente, recibirá una notificación en la que se le comunica que la demanda ha sido aceptada. Además, se le indicará la fecha del juicio, así como la del lanzamiento, es decir, el día en el que deberá abandonar el inmueble.

Llegados a este punto, el inquilino tiene varias opciones.

· Oponerse a la demanda. Entonces deberá acudir al juzgado en la fecha señalada.

· No pagar y no hacer nada. En ese caso el inquilino será desalojado el día señalado (lanzamiento).

· Pagar la cantidad que se debe y seguir en el inmueble.

· Entregar el inmueble y no pagar las deudas. Si decide por esta opción, el procedimiento de desahucio se da por finalizado, pero no el de las deudas.

Una vez el juez emite su resolución, se debe ejecutar el lanzamiento, es decir, desalojar al inquilino de la vivienda. Este desalojo puede realizarse sin el uso de la fuerza, cuando el inquilino abandona el inmueble y entrega las llaves de forma voluntaria. O por el uso de la fuerza, en cuyo caso serán las fuerzas de seguridad del estado quien lo ejecuten.

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